Libertad

Libertad

sábado, 25 de febrero de 2017

En un balcón

Todavía recuerdo aquellos días en los que una mirada acallaban mis dudas. Tú, apoyada en la balaustrada de aquel balcón mirando a algún sitio que sólo tú podías ver. Yo, sólo te observaba, callado, cómplice del momento y sabiendo que jamás podría resolver aquel misterio que veía reflejado en tus ojos.
Saber que aquello era pasajero, sólo me hacía vivir con más intensidad. Tú nunca hubieras podido ser para siempre un reflejo de mi sin mis inseguridades.
De un lado estabas tú, y del otro, todos los demás. 
 
Todavía me despierto, sudando y cansado, para darme cuenta de que esos días ya quedaron atrás. Convencido de que entre recuerdos mis días se hacen más llevaderos, pero en el fondo sabiendo que sólo soy una sombra etérea de lo que un día fui. 
Muchas veces se me olvida el final de la historia, o mi tan trasparente ingenuidad. Como si mi memoria selectiva pudiera cambiar el pasado, y llevarnos a sitios donde nunca estuvimos.
Pocos momentos merecen la pena, y muchos faltarán para suplir aquellas historias con otras nuevas que me hagan de alguna manera dejar de recordar aquellos días. O recordarlos pero esta vez como el que sabe que la vida no empieza y acaba ahí.

No creo en el destino, pero sí en un azar caprichoso, que viene y va. Como el pelo cuando revoltoso se deslizaba por tu cara, o como las olas cuando mojaban nuestros piés en la orilla de la playa.
De cualquier manera, y sabiendo que el tiempo es lo que pasa entre momento y momento, me gusta recordar aquello. Y sin darme cuenta, sonrío como un niño, recordando tu voz y tu mirada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario